ingredientes de la República Dominicana

República Dominicana: Destino gastronómico

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La República Dominicana está impulsando con firmeza su gastronomía, forjando el carácter identitario del país y poniendo en valor su patrimonio inmaterial. Una inteligente forma de persuadir al mundo a través de la diversidad y su riqueza cultural.

La denominación de “Capital de la gastronomía del Caribe” por la Academia Iberoamericana en 2017 ha sido un revulsivo para todo el país y un merecido reconocimiento a su exquisita cocina. La gastronomía dominicana ha despertado para reinventarse y demostrar su constante evolución.

Y es que para los turistas gastronómicos conocer la historia y la cultura de un país a través de la cocina es una experiencia única e inolvidable, y eso es lo que ofrece este bello país, una cocina ilustrada con la historia de los dos mundos.

 

La gastronomía se ha ido maridando con la extraordinaria historia de este país, la diversidad y la riqueza que otros pueblos aportaron en sus visitas y ocupaciones.

La cocina criolla nace con el encuentro entre los taínos y los españoles, aunque no fue hasta el segundo viaje de Colón en 1493 cuando, habiendo visto la carencia de algunos alimentos a los que los españoles estaban acostumbrados a comer en la isla durante su primer viaje, decide llevar enseres y animales a la Hispaniola y traerse otros a España. Si en algo están de acuerdo todos los historiadores es que el intercambio de alimentos entre Europa y América enriqueció la gastronomía entre ambos lados del Atlántico.

Para conocer la gastronomía dominicana no hay mejor manera que adentrarnos en la huerta del país, la ciudad de Constanza, llamada la Suiza del Caribe, es la ciudad más alta, si bien el punto más alto del Caribe es el Pico Duarte en la misma cordillera central de la isla. Se encuentra a 140 km de la capital y en un valle intramontano, pertenece a la provincia de La Vega. Sus fértiles tierras la convierten en la zona más productiva del país después de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros. Constanza cuenta con las más importantes reservas naturales del país: Valle Nuevo y Ébano Verde, un atractivo para el exitoso ecoturismo de la región.

Las magníficas condiciones climáticas en esta zona del país son propicias para la producción de los mejores productos hortícolas y frutales del país, como la coliflor, los repollos, el saludable brócoli, zanahorias, ajos, habichuelas, manzanas y las nutricionales y exquisitas fresas. En las zonas bajas del valle se producen los productos de mayor importancia como son el plátano, indispensable en la cocina dominicana, el arroz, la yuca y el cacao. Siendo las zonas altas, ya en Jarabacoa, donde se produce el delicioso café orgánico “Monte Alto”, de los hermanos Ramírez.

Jarabacoa “Tierra de las fuentes de agua” como la llamaban los taínos, es una sucursal del cielo en la tierra, está rodeada por cuatro ríos: el Jimenoa, con sus impresionantes saltos de agua, el Guanajuma, el Baignate y el más largo del Caribe; el Yaque del Norte. Esta ciudad es uno de los lugares más turísticos del país, gracias a su eterna primavera y su temperatura media de 22º. Es aquí donde nació la laureada Chef María Marte (dos estrellas Michelín en el Club Allard Madrid) y donde se inició en la cocina del negocio familiar del Restaurante El Rincón montañés, antes de trasladarse a España en el año 2003. Una apasionante historia de superación personal y desarrollo profesional.

 

 

La oferta gastronómica de Jarabacoa es excelsa y un referente en el país. El mejor sitio para probar unas ricas y sabrosas costillas asadas a la leña es el Parador Corazón de Jesús, ubicado en un espacio verde y con impresionantes vistas del valle y las montañas. A sólo unos kilómetros de éste, el restaurante ecológico Alta Vista, ofrece una cocina de autor y de alta calidad, con un producto muy cuidado y bien elegido por el chef Ricardo Tolentino. Entre los platos más reconocidos de este restaurante está el churrasco en salsa de chimichurri o el salmón “Alta Vista” hecho al grill con verduras y una salsa de tamarindos y camarones de la provincia de Samaná. No deberíamos abandonar la zona sin probar los helados de Ivón Ortiz, en la calle Hermanas Mirabal, allí se elaboran de forma natural, se sirven en un vaso con un palo y entre todos destaca el “helado morir soñando” de naranja y crema. Johanna Madera, es otra de las mujeres emprendedoras que elabora vinos de frutas y cereales y que se pueden adquirir en tiendas o bien beber en los restaurantes.

 

 

Pero la Vega es solo una muestra de la extensa y fértil riqueza culinaria de la región del Cibao, la más productiva del país, y la que abastece a todo el país. Se extiende desde el Atlántico en las provincias de Puerto Plata y la bella Samaná hasta la Cordillera central que la separa de las otras dos regiones.

De las aguas del Atlántico a las costas del Cibao, como en Puerto Plata, llegan los mejores chillos, y a Samaná exquisitos langostinos; mientras que los camarones más sabrosos son los del municipio costero de Sánchez. De la bahía de Ocoa, al sur de la isla, la macarela y el atún.

 

Cuando españoles y esclavos africanos llevaron desde Canarias en el año 1543 el plátano a la Hispaniola, no imaginarían que se convertiría en la base de la cocina de este país. Y es que los dominicanos han hecho del plátano un producto de primerísima necesidad, bien fritos o en puré como el mangú que acompaña a muchos platos.

Canarias era el puerto europeo más importante de enlace con la isla, por este motivo muchos canarios emigraron y se asentaron principalmente en Baní, en la provincia de Peravia, a 65 km de Santo Domingo. Los banilejos, gentilicio que utilizan sus habitantes, son los herederos de las tradiciones culinarias canarias y su economía principal es la producción de tomates, cebollas, maíz, coco, el plátano y el café, entre otros. Siendo también la mayor zona productiva de mango del país. Aquí se degustan, de influencia canaria, el gofio, el bienmesabe, la arepa, dulces de horno, arepitas, los plátanos fritos o las morcillas.

Con este repertorio de productos es difícil no comer bien en este país. Su capital Santo Domingo es testigo de la constante apertura de nuevos y mejores restaurantes que amplían la oferta gastronómica de esta ciudad. Mientras que unos se instalan en la zona colonial, como Jalao con especialidad en cocina dominicana, otros eligen zonas de nueva proyección como Naco o Piantini entre las avenidas Churchill y la Lincoln. Siendo los de moda entre los foodies; La Dolcerie, Sophia´s Bar &Grill, la Cassina, The Market y el Nau Lounge ubicados estos dos últimos en el interior del lujoso Hotel Real Intercontinental o el emblemático Restaurante gourmet Don Pepe, con una carta con influencia española. Si prefieres la cocina popular dominicana un establecimiento muy concurrido los fines de semana por los nativos es el Adrián Tropical en el Malecón, lugar donde se puede probar en semana santa, las habichuelas con dulce.

Los chefs son ahora como las estrellas de rock, todo el mundo quiere fotografiarse con ellos, conocer su cocina y las nuevas tendencias. Un exponente de esta nueva cocina es la que viene haciendo Chef Tita en su restaurante Travesías, una fascinante experiencia de atravesar el país con su alta cocina dominicana, reinventado recetas tradicionales y enfocada en el producto. Con nuevos proyectos gastronómicos, el Chef Martín Omar, ha estado dirigiendo y posicionando el Restaurante Dos Mundos en el Hotel Nicolás de Ovando, su cocina de autor ha ilustrado la historia de la gastronomía y el mestizaje de sabores. Uno de los restaurantes más reconocidos de la ciudad y con más menciones en tripadvisor es Paté Palo, no solo por su exquisita cocina internacional que ofrece el Chef venezolano Saverio Stassi, jurado de “MasterChef RD” sino también por su privilegiada situación en la Plaza España de la zona colonial. El Chef Luigi Puello, otro referente de la cocina, desde el Instituto Culinario Dominicano transmite el conocimiento necesario para realzar los valores de esta nueva cocina. Influenciadores como Jackeline Henríquez, Esperanza Lithgow, Leandro Díaz o Chef Pandita, con sus tendencias de vegetales y japonés, están haciendo de la República Dominicana un nuevo destino gastronómico de primer nivel.

 

 

Cuando se unen voluntades y construimos puentes para acercar sentimientos, se consiguen cosas extraordinarias como es la promoción que; desde el Gobierno, asociaciones, la Fundación Sabores, empresarios y profesionales están haciendo para hacer de la República Dominicana un destino gastronómico reconocido a nivel internacional.

 

Analista turístico y docente en la Escuela Gastronómica de Toledo (España). Con amplia experiencia en temas turísticos colabora como conferencista para universidades e instituciones de República Dominicana, México, Cuba y Honduras.



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